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Review de "Y ahora no", el primer single de Nerea Rodríguez

16-11-18

Nerea Rodríguez, una de las voces más virtuosas de su edición de Operación Triunfo, estrena hoy su primer single, “Y ahora no”. Antes de que salieran a la luz los dos adelantos que quiso compartir con sus fans, la gente estaba un poco desubicada en cuanto a cómo sería la canción, ya que en entrevistas anteriores dijo que tenía un par de canciones en el aire pero que no sabía si quería que su primer tema fuese algo bailable y parecido al estilo de Demi Lovato o Ariana Grande o si prefería que fuera una balada, si pudiera ser, tan emotiva y personal como “Stone Cold”, también de Demi. Fuera como fuese, la catalana tenía muy claro que su carta de presentación debería ser algo que la definiera al cien por cien y que le dedicaría el tiempo que hiciese falta para encontrar su sonido.

 

Finalmente optó por “Y ahora no”, una balada que más allá de hablar del amor y del desamor, habla de la eterna lucha que todo ser humano tiene entre la mente y el corazón. “Tus suspiros dicen la verdad, que no es el momento, que no es lo correcto”.  Es una canción muy humana que pone en evidencia un conflicto interno que todos hemos experimentado alguna vez: ¿hay que seguir los impulsos que nos dicta el corazón, motivado por el amor, o darle más importancia a la razón, que sabe qué es lo correcto? En medio de esa indecisión hay un montón de sentimientos: tristeza, impotencia, esperanza, ilusión. ¿Por qué cantar sobre un sentimiento en concreto cuando el tema del que trata el single engloba tantas emociones?

 

“Y ahora no” va subiendo de intensidad según la canción avanza. Comienza con una Nerea muy suave, cantando casi para ella misma, como si estuviera reflexionando más que contándonos su historia, cosa que, por cierto, es un acierto enorme, ya que encaja totalmente con la letra de esta primera estrofa. Es uno de los puntos fuertes de la canción: el significado de la letra siempre va acorde a la fuerza e intensidad de la voz de Nerea, y, de hecho, antes del segundo estribillo hay un silencio interrumpido tan solo por un suspiro que va al dedillo con lo que nos quiere transmitir. A veces “sin decirnos nada lo entendemos todo”, y quiero recordar que los silencios son tan importantes como cualquier otro elemento musical. El último estribillo tiene toda la fuerza que ha ido acumulándose a lo largo de la canción, pero sin llegar a ser desbordante. Cantantes como Nerea podrían caer en el error de usar el chorro de voz que tienen para lucirse sin darse cuenta de que no va con lo que pide el tema, pero ha sido inteligente y ha preferido que luzca la canción antes de intentar demostrar innecesariamente cuán alto puede llegar. Es un tema con el que cualquier persona puede identificarse, tiene una letra sincera, es pegadiza, fácil de aprender y ojalá la pongan mucho en la radio, que encaja perfectamente con lo que los oyentes quieren escuchar y sería la forma perfecta de recompensar tanto esfuerzo y dedicación.

 

El videoclip también se ajusta a lo que pide la canción: es una historia de amor/desamor protagonizada por la propia Nerea y por Diego Domínguez. La interpretación de ambos actores es muy buena, sus acciones van siempre de la mano con lo que dice la letra y los exteriores en los que se llevan a cabo las escenas, de nuevo, hacen que sea fácil que cualquier persona se pueda sentir identificada. Eso sí, al final Diego se va con otra que tiene el mismo colgante que momentos antes le regaló a Nerea. Vaya sinvergüenza.

 

Nerea se ha arriesgado a sacar una balada como carta de presentación, siendo plenamente consciente de que no es una canción que se pondrá en las discotecas, que los temas lentos son difíciles de promocionar y que, pese a ser muy bonita y esté bien construida, realmente no supone una revolución en la industria musical, pero puede estar muy orgullosa del trabajo que ha hecho: lo importante no es sonar aquí o allá, tener una cifra más o una menos; lo importante es que donde suene, se oiga a una persona transparente con sentimientos reales e historias que cuenten verdad. Objetivo conseguido, ahora solo queda seguir trabajando y alcanzar más metas.

 

Redactor: Luis Sánchez Martín.

 

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