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Crítica de La Llamada

20-11-18

La Llamada es uno de los musicales que ha tenido más éxito en Madrid en 2018. En parte, el boom que ha tenido se debe a que sus directores, Javier Calvo y Javier Ambrossi, formaron parte del equipo de profesores de Operación Triunfo 2017, así que su reconocimiento se ha visto incrementado notablemente y muchos curiosos se acercaron al teatro Lara para sentir la llamada. No obstante, es un musical que se ha mantenido en pie desde 2013, y ha sido gracias a los valores tan frescos como necesarios que transmite a través de la música, de un humor lozano y de la reinterpretación de algunas de las facetas más tradicionales de la vida que va acorde a los tiempos en los que vivimos hoy en día. El elenco está formado por Erika Bleda, Alicia Orozco, Lucía Gil, Nerea Rodríguez, Raoul Vázquez, Angy Fernández, Andrea Guasch y Paco Arojo, aunque estos tres últimos no actuaron el día en que fuimos a ver la obra, por lo que nuestra crítica se centrará en el resto del elenco.

 

Uno de los platos fuertes del musical es precisamente su protagonista principal, María, interpretada por la cantante Nerea Rodríguez. El público conoce a la catalana porque muchos de ellos han estado viviendo con ella a través de sus pantallas en el veinticuatro horas de OT, por lo que el trabajo de la catalana era de los más complicados: la Nerea alegre, divertida y risueña que conocemos debe convencer al público de que María está vestida con un halo de tristeza, impotencia e incomprensión. Es un trabajo complicado, pero además de superar el reto con éxito, ha demostrado que es completamente válida para dedicarse al mundo del espectáculo.

 

La confidente de María es Susana Romero, encarnada por Lucía Gil. Susana es una chica alegre, divertida, algo tosca y de trato difícil, pero con un fondo muy bueno. Es, junto a Milagros, el personaje que más risas le arranca al público, y además la voz y la presencia de joven cantante llena el teatro con una naturalidad pasmosa.

 

Milagros es el personaje favorito de casi todos los asistentes. La interpretación que hace Erika Bleda de la monja del campamento La Brújula es impecable: cuando tiene que hacernos reír, lo consigue. Cuando tiene que hacernos bailar en nuestros asientos, también. ¿Que le toca hacernos sentir ternura? Pues ahí está la monjita Milagros, siendo tan tierna y tan de estar por casa como es. Es cierto que vocalmente hablando quizás se quede un poco atrás en comparación a sus compañeros, pero el punto débil de la actriz se ve compensado con sus grandes dotes interpretativas.

 

Alicia Orozco hace de la madre Bernarda, la monja que intenta poner algo de orden a la locura que se está viviendo en el campamento. Es un personaje muy entrañable, siempre está intentando ayudar a todas las demás, aunque sus consejos no suelan ser los más acertados. Pese a estar parecer estar anclada a valores que hoy podrían verse arcaicos y pasados de tiempo, termina demostrando ser una persona de mente abierta y muy empática, siendo siempre su máxima hacer que el resto de chicas sea lo más feliz posible.

 

Por último, Dios es el personaje motor de la obra. Gracias a Él, Bernarda tuvo una vida feliz, Susana y Milagros se conocieron y María cayó enamorada, encontrando el verdadero camino a la felicidad. No es un Dios convencional, uno al que haya que rezar o proclamar nada. Es un Dios músico, uno que canta temas de Whitney Houston. Este Dios debía ser interpretado por alguien cuya voz sea capaz de llenar cada esquina del teatro, que imponga con sus graves y emocione con sus agudos, una voz que obligue a los espectadores a que se les escape un “Dios, cómo canta” sin pretender hacer un mal chiste. Raoul Vázquez da vida a un Dios más humano, a un Dios que canta, a un Dios que es música. Y es precioso ver cómo el de Montgat deja de ser persona para convertirse en música. Ha sido todo un acierto de los Javis incluirlo en el elenco del musical, aunque es una pena que el miércoles 28 vaya a ser su última actuación.

 

La Llamada podrá no ser entendida por mucha gente, podrán considerarla demasiado moderna o incluso ofensiva, pero lo que realmente trata de transmitir es que se ha de luchar por lo que nos dice el corazón, por lo que nos hace felices y que siempre debemos intentar quitarnos de encima todos los prejuicios, que realmente solo son estorbos que no sirven más que para ponernos la zancadilla en nuestro camino al éxito.

 

Redactores: Luis Sánchez y Josune Ordóñez.

Fotografía: Mónica Salvador Bravo.

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