30-12-2015

El pasado 28 de Diciembre a las 19:30, Kiosco Musical tuvimos el placer de asistir al concierto que ofrecían 2 coros dirigidos por el maestro Juan Pablo de Juan en el Teatro Monumental de Madrid. Estos coros eran el Coro de voces graves de Madrid y el Coro de Jóvenes de Madrid.

Llegamos pronto para coger buen sitio, ya que las entradas no estaban numeradas, y a pesar de las precauciones nos encontramos con un auditorio lleno a rebosar por toda clase de público: desde niños muy pequeños hasta ancianos. El concierto, que fue retransmitido en directo por Radio Nacional Clásica, empezó con un discurso del locutor agradeciendo nuestra presencia y su consecuente colaboración con la asociación “Un juguete una ilusión” apoyada por TVE, a la cuál iban a ir destinados los fondos del concierto. Hubo varios momentos a lo largo del espectáculo en los que el presentador y locutor, con sus constantes chistes, nos recordó la causa benéfica del concierto. Y si no, ya lo hacían por él los varios juguetes que había repartidos por el escenario.

El concierto comenzó con la actuación del Coro de Jóvenes de Madrid, una agrupación formada por, como su propio nombre indica, jóvenes y adolescentes de dicha provincia. Interpretaron un repertorio bastante variado de compositores como Eric Whitacre o Ëriks Esenbalds. Uno de los momentos más emocionantes fue con la pieza “Stars”, en la que las luces de todo el auditorio se fueron apagando progresivamente hasta que la sala quedo totalmente a oscuras. Entonces algunos cantores sacaron linternas y las encendieron, simulando un cielo estrellado, en relación con el título de la obra. En otra de las piezas algunos participantes del coro emplearon como instrumentos unas copas de distinto tamaño, mas o menos rellenas de agua, que al hacerlas sonar, pasando el dedo por su borde, creaban un cluster constante de acompañamiento a la pieza que interpretaban. Su actuación terminó con una pieza muy animada en la que hicieron participar al público.

A continuación salió a escena el Coro de Voces Graves de Madrid, una agrupación formada exclusivamente por hombres cantores. Su repertorio empezó dando la sensación de ser un poco menos variado que el del Coro de Jóvenes de Madrid, sin nada espectacular como las linternas o las copas, lo cual no quita que sus interpretaciones fueran excelentes; y es que estamos hablando de uno de los mejores coros de Madrid. Hubo un descanso de unos 15 minutos en el que hubo muchos que aprovecharon para compar el “bolígrafo solidario” que ofertaba la organización, de nuevo, para conseguir fondos para la causa. Hubo gente que llegó tarde por estar haciendo cola para adquirir el bolígrafo, lo cual no importó nada a la organización, claro está. El Coro de Voces Graves de Madrid continuó su actuación con una obra de mayor longitud, dividida en cinco movimientos musicales entre los cuales se intercalaban narraciones ejecutadas por uno de los miembros del coro con una voz especialmente carismática. Hacia el final, el concierto fue adquiriendo cada vez más un aire humorístico con, por ejemplo, la Suite de melodías navideñas publicitarias con temas como “Las muñecas de famosa”, “Turrón Suchard” o “Vuelve a casa por Navidad”. Finalizaron con una gran versión de “Noche de paz” en la que invitaron al público a participar y ante la insistencia de este por oír otra pieza más cantaron “Hacia Belén va una burra” (y que nadie se dé por aludida) en la que el público también unieron sus voces por indicación del director.

Salimos del edificio aún con la última melodía en la cabeza teniendo la sensación de haber presenciado un gran concierto y sintiendo lástima por quien se lo hubiera perdido. Y es que estas agrupaciones consiguieron que hasta las piezas más clásicas que podrían haber aburrido al espectador menos estudioso de la música culta, fueran accesibles al público mayoritario y para nada aburridas. Se demuestra así que otro enfoque para la música que llamamos clásica o culta, es posible, y que este tiene un gran efecto positivo sobre la afluencia de público que asiste al concierto.

Crónica y fotos: Pablo Abarca.