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Crónica y fotos de Hellfest 2016 en Clisson, Francia (17-19/06/16)

12-07-2016

Un año más, el Hellfest se presentaba como una de las grandes citas festivaleras europeas para los amantes del metal y sus adyacentes. Contábamos con más de cien bandas provenientes de cada rincón y género del planeta. Heavys, punks, thrashers, hardcoretas, blackers, rockeros… Hubo para todos en un entorno único, alejado de cualquier civilización de gran tamaño al noreste del territorio galo.

 

Evidentemente, estamos lejos de haber podido contemplar si quiera un cuarto de las bandas. Por tanto, queremos hacer una crónica de lo que fue para nosotros el festival en conjunto, señalando, por supuesto, las bandas que atendimos. Cabe destacar que principalmente presenciamos los conciertos de las bandas en los dos escenarios principales, ya que eran las más destacables. Aunque, ante semejante cartel, pedimos urgentemente algún tipo de magia para dividirnos y asistir a todos los conciertos posibles.

 

Comenzamos con el viernes. Para nosotros, el día más completo, donde todas las bandas del escenario principal eran indispensables en nuestra agenda. Cabe destacar la inicial cancelación de Tremonti, que luego pudo remontar el vuelo pasada la una de la madrugada en el escenario Valley, algo que sus fans agradecieron. Durante todo el día, pudimos sentir cómo el público francés rebosaba energía y disfrutaban con las bandas en una simbiosis artista-espectador propia de grandes dosis de adrenalina en vena.

 

Sin embargo, y aquí podemos caer en el error de la opinión, la gran decepción nos la dio Rammstein, cuyos visuales eran los esperados, pero su sonido no supo transmitir las emociones que hacen sus discos. Los teutones sonaron flojos, sin gana, como si pusiéramos sus canciones a bajo volumen en casa para que no nos oyese el vecino. Aunque escuchásemos sus grandes clásicos, no hubo forma de que arrancasen la apisonadora sonora que prometían ser.

 

Pasamos al sábado, donde la gran banda a destacar fue Disturbed. Su sonido fue impecable, y la puesta en escena más que correcta con su estilo. David Draiman demuestra ser uno de los cantantes más en forma de nuestra época (no hay más que escucharle cantar “Sound of Silence” en directo, ¡qué gozada!) pero, cuando se junta con una leyenda viva del rock and roll como es Glenn Hughes a cantar un clásico de The Who, “Baba O’Riley” , hay un derroche vocal con el que cualquier amante de la música goza cual gorrino en un charco. A esto se le suma la colaboración de Sixx :AM versionando Shout At The Devil (más de uno agradeció ver a Nikki Sixx tocando algo de su pasado más laureado).

 

Increíble el homenaje a Lemmy Kilmister entre las actuaciones de Twisted Sister y Korn, con un array de fuegos artificiales majestuoso y su música de fondo. Los neoyorkinos salieron a tocar con Phi Campbell, guitarrista de Motörhead, un par de canciones, y este formó parte del homenaje a su fallecido compañero con un discurso emotivo.

 

Y finalizamos con el domingo, día en el que veríamos a Black Sabbath por última vez en nuestras vidas (salvo algún repetidor afortunado). Sin duda, los de Birmingham estuvieron a la altura de las expectativas con una nitidez sonora propia de un disco grabado en 2020, y un Ozzy que… Bueno, es Ozzy, y le queremos por ello.

 

Pero hay otros dos conciertos a destacar: El primero, el de Vintage Trouble pasadas las 15:00. Tocaban ante un público lejos de parecerse al suyo habitual y salieron como reyes de la fiesta. Ya es la cuarta vez que les veía, y es que, cuando la música es buena, no defrauda a nadie. Los otros a destacar fueron los locales Gojira. Recién salido su nuevo disco, Magma, derruyeron todo aquello que pudo haber osado interponerse entre su descarga de habilidad y brutalidad y los oídos y movimientos de sus compatriotas. La banda de los hermanos Duplantier demuestra ser una de las mejores propuestas en el metal en directo en 2016, estando en constante ascensión y progresión. No descartemos que releven a Rammstein en un futuro próximo como cabezas del Hellfest.

 

En conjunto, un festival de 10: organización impecable, ambiente excepcional y variedad a mansalva. La única pega, aunque sea obligada, son las distancias a recorrer de un lado a otro del festival, aunque habiendo más de 80,000 personas, es necesario un recinto de esas dimensiones. ¡Nos vemos el año que viene!

 

Crónica: Diego Solana 

Fotos: Pilar James

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