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Fotos y Crónica del Concierto de Miriam en la Sala But de Madrid (11/01/19)

13-01-19

El pasado viernes tuvimos la suerte de poder asistir al primer concierto en solitario de Miriam Rodriguez en la sala But de Madrid. Nuestra leona pisó el escenario con la fuerza y el poderío que solo ella posee y tal y como dijo: “con unas botas que no eran las que quería”. Quizás porque esta vez, las que llevaba no tenían tacón y no le servían para romper el escenario cantando “No” tal y como ocurrió en el final de la gira de OT 2017 en Barcelona.

 

No ha pasado ni un año desde que salió de la academia de Operación Triunfo y ya ha estrenado su primer disco y está haciendo sold out en toda España. Si hay algo que está claro, es que Miriam Rodriguez ha llegado para quedarse.

 

Aunque ya lleva muchos a sus espaldas, este concierto se sentía especial. La cantante reconoció que no era uno de sus mejores días pero que había decidido guardar sus lágrimas para lo que iba a vivir esa noche y que si tenía que llorar, lo haría de emoción escuchando al público cantar con ella, y no por cosas malas.

 

Miriam apareció en el escenario con su guitarra en las manos, un poco más tarde de lo previsto. Se puso de pie delante del micrófono y en silencio, comenzó una de sus conocidas pausas dramáticas durante la que quiso disfrutar de los gritos y aplausos de su gente.

 

“Aquí estás” fue el tema con el que abrió el concierto y “Passengers” con el que lo continuó. Ahí el público ya estaba eufórico y rebosante de energía.

 

Cabe destacar que la cantante ha pasado del famoso “Hello, my name is Miriam”, que fue lo único que escribió en su examen de selectividad, a sacar su propio tema en inglés. Menuda evolución, ¿no creéis?.

 

El respeto con el que Miriam trata la música es más que evidente. Quizás por eso siempre invita a sus conciertos a personas que admira y respeta. Y en este caso fue el turno de Vega y Pablo López.

 

Vega compartió escenario con ella para cantar “Sin rencor”, un tema que compusieron juntas y del que se nota que están muy orgullosas. Al acabar, se fundieron en un abrazo y Miriam quiso dedicarle unas bonita palabras de agradecimiento por haberla querido conocer y comprender y por haber confiado en ella.

 

El tema estrella de la Gallega se tiñó de color. El publico le había preparado una sorpresa y con las primeras notas de “Hay algo en mi” todo el mundo sacó globos de color morado, el color que representa el feminismo y apoyaron la canción con gritos, emoción, y un sentimiento general: “Las mujeres no pertenecemos a nadie”. Porque somos nuestras y de nadie más.

 

La verdad es que era difícil saber quien estaba más emocionado allí, ya que al terminar de cantarla decidió regalarnos un trocito más a capella pero arropada por su público. Sin duda un grito a la libertad que quería que cada uno de los que estábamos presentes lo hiciéramos nuestro y lo sintiéramos como tal.

 

Miriam nos abrió un poco su corazón y decidió hablarnos de “Respirar”, una canción que compuso estando dentro de la academia y que cuando salió pudo ver que sus fans ya la escuchaban con el audio del momento en el que la componía sentada en el sofá. Un tema que fue compuesto cuando sentía que necesitaba respirar y que al salir no le ha dado más que alegrías.

 

Pero el momento estrella aún estaba por llegar. Su equipo de producción arrastró un piano hasta el escenario y el publico empezó a gritar. Miriam sonrió, bromeó y luego presentó a su gran amigo Pablo López.

 

La sala estalló en vítores y aplausos. Todos esperaban que cantasen “No” pero nos sorprendieron empezando por “El patio”, ese tema con el que Pablo siempre se deja el alma, la piel y las manos al piano y con el que te remueve el interior como nunca nadie.

 

La conexión entre ambos era magnífica. Sabían lo que querían casi sin hablarse y las miradas mostraban una compenetración total. Al acabar “El patio”, Pablo le dedicó unas palabras: “Tengo la suerte de que tengo una amiga que es canción. Que no envejece, no rejuvenece, es vieja toda la vida. Es hermosa y es una leona” y empezó a tocar los acordes de “No”.

 

Los taconazos que suele dar Miriam mientras canta “No” fueron sustituidos por los golpes de Pablo al piano. Un manejo admirable de cada una de sus teclas, un regalo para los oídos y sin duda una muestra increible de talento el que tienen ellos dos. Para quien quiera más, pronto estarán juntos como coaches en La Voz dispuestos a ganarlo todo.

 

Pero aún quedaban cinco temas más para disfrutar antes del final con los que la gallega seguía cambiando de guitarra eléctrica a guitarra española como quien respira. Un dominio musical admirable, una presencia escénica exquisita y una fuerza brillante. Ese es el resumen de un concierto de Miriam Rodriguez.

 

Me atrevería a decir que todos nos fuimos de allí con muy buen sabor de boca y deseosos de más y para calmar las ansias Madrid tiene la suerte de tener una segunda fecha para quienes quieran repetir y para los que quieran probar por primera vez.

 

Os espera en el Teatro Circo Price el próximo 30 de marzo.

 

 

Fotos y Crónica por: Almudena Fuentes

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